sábado, 31 de mayo de 2014

Eloísa está debajo de un almendro, de Enrique Jardiel Poncela

Hoy retomo el blog con uno de esos títulos clásicos que descansaba en mi estantería y al que no había tenido la oportunidad de acercarme, aunque sí había visto hace algún tiempo la versión cinematográfica. Aprovechando que estoy apuntada a varios retos, he decidido sacar del descanso esta obra teatral que adelanto se lee en un suspiro y retrata bastante bien a unos personajes pintorescos en medio de una trama cómica no exenta de misterio.

El libro que hoy presento forma parte de la colección que de Clásicos españoles ofreció el Diario El País.

Título: Eloísa está debajo de un almendro
Autor: Enrique Jardiel Poncela

© Herederos de Enrique Jardiel Poncela
© De esta edición: 2005, Diario El País, S. L.

Formato: tapa blanda
ISBN: 84-9815-017-5
176 páginas

Sinopsis (tomada del propio libro):

En una atmósfera de misterio y disparate, los Briones, una familia de excéntricos, sacan a la luz un pasado lleno de sombras y secretos. El novio de una de las hijas, Fernando, que también oculta algo tras su extraño comportamiento, acabará por resolver todos los enigmas. El mayordomo es el único cuerdo en esta obra de personajes al borde de lo inverosímil.

Datos sobre el autor

Enrique Jardiel Poncela, novelista y dramaturgo español, nacido en Madrid en 1901. Fue uno de los grandes renovadores del humor en el panorama literario. Entre sus novelas figuran Amor se escribe sin hache (1929) y Pero, ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? (1931); y entre las obras teatrales: Angelina o el honor de un brigadier (1934), Eloísa está debajo de un almendro (1940) y Los habitantes de la casa deshabitada (1942). Hijo de un periodista y una pintora, comenzó muy joven a colaborar con revistas como Buen Humor. Llegó a trabajar en Hollywood como guionista de la Fox. Los ladrones somos gente honrada fue uno de sus éxitos tras la Guerra Civil. Murió en 1952 arruinado e incomprendido por casi toda la crítica de su tiempo. Dejó una frase como epitafio para su nicho: "Si queréis los mejores elogios, moríos".
Buceando por la red buscando datos biográficos sobre el autor he accedido a un blog con su nombre, que al parecer llevan sus nietos, con fotos y datos de su vida. A continuación dejo el enlace, por si alguien está interesado en echarle un vistazo:
http://jardielponcela.blogspot.com.es/


Impresiones sobre el libro

"Eloísa está debajo de un almendro" es una obra teatral que consta de un prólogo y dos actos. Fue estrenada el 24 de mayo de 1940 en el Teatro de la Comedia de Madrid. Toda la trama tiene lugar en una misma noche, en tres escenarios distintos.

En el prólogo, que se desarrolla en las últimas filas de una sala de cine de barrio, se nos presenta un mundo castizo que parodia la gracia popular contra la que se revela el autor. Mariana y Fernando, los protagonistas principales, irrumpen en el escenario como dos seres de otro mundo, aristocrático y snob, el propio del teatro de Jardiel Poncela y del que se ocupará en los dos actos siguientes.
El prólogo sirve al autor para enfrentar dos mundos, el de la comicidad popular de la que huye en sus obras, y el propio del teatro que él representa alejado de éste, tomando como escenario un cine de barrio. El autor diferencia claramente en este prólogo las clases populares que disfrutan de la sesión de cine, de los verdaderos protagonistas de la trama, gracias sobre todo a la utilización del lenguaje, reservando el abuso de refranes a la hora de hablar y expresiones en las que se omiten las "des" finales (- Usté pue tener curiosidá) para los propios del barrio, y un lenguaje más refinado para aquellos personajes que irrumpen en su mundo, provocando con su llegada pasmo y estupor entre el público asistente (hasta el botones que vende bombones y caramelos cree que va a hacer su agosto por la llegada de tan selecto público). La irrupción en el cine de dos protagonistas femeninas que tendrán un peso importante en la trama, Mariana, de poco más de veinte años, y su tía Clotilde, de cuarenta y cinco años, ayudará al lector a conocer la peculiar historia de la familia Briones contada desde la perspectiva de la tía Clotilde; según ella, nadie se salva de la locura que parece afectar a todos los miembros de la familia, por la pesada herencia que llevan sobre sí.
Según Clotilde, la abuela de Mariana hacía vestiditos a las cerillas, el abuelo pasó los últimos años de su vida pelando guisantes, un tío pasó los últimos años de su vida en un manicomio y cuando ya estaba curado se quiso casar con el director, el padre de Mariana lleva muchos años sin levantarse de la cama porque así lo decidió un día, la hermana está desaparecida, de otra tía mejor ni hablar... Este es el panorama que se nos presenta en el prólogo, con un puntito de locura que parece afectar a toda la familia.
También sirve el prólogo para que conozcamos a la otra familia protagonista de la historia, los Ojeda, Ezequiel y Fernando, tío y sobrino, que también parecen esconder oscuros secretos. Fernando Ojeda es el novio de Mariana, y precisamente ese halo de misterio que lo envuelve es lo que atrae a Mariana (cuando se comporta como un novio formal no siente nada hacia él). El acercamiento de los Ojeda a los Briones tiene mucho que ver con el misterio que encierra la trama de esta historia.

El acto primero se desarrolla en un salón en casa de los Ojeda, y el protagonista principal es el padre de Mariana, Edgardo, que vive recostado en su cama, en un espacio abarrotado de muebles, donde no se puede caminar en línea recta. La aparición en escena de Fermín, el ayuda de cámara de Edgardo, el punto de cordura en la historia, acompañado de Leoncio, su posible sustituto, sirven de excusa para conocer aún más profundamente la locura que parece afectar a todos los miembros de la familia y da paso a escenas más o menos cómicas dentro de la extraña situación que se presenta. A pesar del buen sueldo que recibe, Fermín no puede soportar más tanta chaladura y espera que le sustituyan para huir de la casa. Aunque Edgardo lleva años sin levantarse de la cama, se empeña en viajar cada noche en tren y el mayordomo debe preparar el viaje, simulando la llegada a las distintas estaciones, mediante imágenes que se proyectan de los pueblos por donde se supone pasan. Una de las funciones del ayuda de cámara es aprenderse todos los pueblos que el tren recorre en su imaginario trayecto, para hacer verosímil este viaje ficticio que lleva a cabo Edgardo casi cada noche. Para conseguir ser digno del puesto de trabajo a cubrir, debe contestar un cuestionario misterioso que sea del agrado del propio Edgardo, aunque Fermín ya se encarga de dar las respuestas adecuadas al sustituto.
En este primer acto conocemos también a la tía Micaela, una mujer que pasea acompañada de dos grandes perros y que parece empeñada en que todos los sábados toca que entren ladrones en la casa, y a su señorita de compañía, Práxedes, que está en su sano juicio, aunque se empeña en hablar sola a gran velocidad.
Es aquí donde conocemos un misterio que también parece envolver a Ezequiel, el tío de Fernando en el que Clotilde parece interesada. En un bolsillo de su chaqueta Clotilde encuentra una libreta en la que tiene anotados nombres de mujeres, rasgos físicos y fechas en las que murieron. ¿Será un asesino en serie?
En este acto descubrimos que Fernando necesita que Mariana vaya a su casa, porque cree que ella tiene algo que ver con la resolución del misterio que envuelve su propia vida, y que tiene mucho que ver con el suicidio de su propio padre.

El acto segundo supone el desenlace de la historia y se desarrolla en la Finca de los Ojeda, donde acuden también los Briones, Mariana un poco en contra de su voluntad y los demás en su búsqueda. Aquí conoceremos el misterio que engloba a las dos familias y que enlaza pasado y presente de los protagonistas. La finca de los Ojeda resulta familiar a Mariana, aunque al parecer nunca había estado allí. Dimas, el criado de Fernando, pone aquí el punto cuerdo de la casa, aunque en algún momento parece actuar de forma extraña.
La escena en la finca pone al lector en antecedentes del desasosiego que envuelve la vida de Fernando, y que tiene mucho que ver con la muerte de su padre y la aparición de un vestido de mujer y un retrato de alguien muy parecido a Mariana. También conoceremos en este último acto cuál es el misterio que envuelve la excéntrica forma de actuar del tío Ezequiel, todo ello sin dejar de lado los toques de humor.
El encuentro de las dos familias en la finca de los Ojeda, ayudado por la falta de cordura de alguno de sus miembros, sacará a la luz un secreto que lleva en el olvido muchos años y que servirá para cerrar heridas y abrirá un nuevo futuro a los protagonistas.

Consideraciones finales

Estamos ante una obra muy interesante en mi opinión personal, que nos sirve sobre todo para pasar un buen rato, fácil de leer y entretenida, dirigida tanto a los que gusten leer teatro como a los que no, ya que la historia se nos presenta llena de situaciones cómicas y con un halo de misterio que se mantiene a la largo de toda la trama. Los diálogos resultan ágiles y divertidos, y ayudan a avanzar en la historia. Los diferentes escenarios son presentados al principio de cada una de las partes y ayudan a que nos hagamos una composición bastante clara de la trama luego descrita. Los diálogos ayudan a que nos acerquemos a los diferentes personajes sin que haya que perderse en descripciones interminables de los mismos, y eso agiliza la lectura.

Sin dudarlo, Eloísa está debajo de un almendro, resulta una lectura recomendable para pasar un buen rato enfrascados en los problemas que pueden acuciar a un grupo con el que a priori no nos sentiríamos identificados. Es sobre todo una buena excusa para retomar la lectura de esos títulos que quizá han quedado pendientes en nuestras estanterías, porque algunos nos recuerdan al instituto y a las lecturas obligadas; a mí con esta lectura me han entrado ganas de retomar algunos de estos clásicos pendientes.


Os dejo el cartel de la película dirigida por Rafael Gil en 1943, y protagonizada por Amparo Rivelles en el papel de Mariana, y por Rafael Durán como Fernando.

He tenido oportunidad de volver a verla en estos días y se acerca bastante a la obra teatral, aunque varía un poco en el prólogo, y reconozco que yo me había imaginado de otra forma la casa de los Ojeda, pero el argumento y los diálogos son bastante fieles a la historia. Echadle un vistazo si tenéis oportunidad.

Me ha gustado este acercamiento a un título clásico de nuestra literatura, seguro que no será el único que caiga este año; además, el acercamiento a los clásicos ayuda a cumplir retos, así que ¿qué más se les puede pedir?






2 comentarios:

  1. Hace un montón de tiempo que no leo nada de teatro, desde mi época estudiantil y es que es un género que no me atrae demasiado por lo que no creo que me anime
    Besos

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    1. Reconozco que yo también tenía bastante abandonado el género, y a mí no me desagradaba. El reto genérico de Laky ha hecho que me acuerde de este título que tenía pendiente de lectura, aunque conocía el desenlace por la película. Si aúnas una trama ágil con su pizca de intriga, como ocurre con el libro que aquí he presentado, dan ganas de seguir leyendo teatro. Buscaré por casa por si tengo algo en esta línea. Yo lo he disfrutado, y te lo recomiendo si alguna vez te animas a retomar el género teatral.
      Besos, y gracias por comentar.

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