domingo, 29 de septiembre de 2013

El lector. Bernhard Schlink


Título de la edición original: Der Vorleser
© Diogenes Verlag
    Zurich, 1995

Título: El lector
Autor: Bernhard Schlink
Editorial: Anagrama, S.A.
© De la traducción: Joan Parra Contreras, 1997

Primera edición: septiembre 1997
Décima edición: marzo 2009
ISBN: 978-84-339-0849-0
Formato: Tapa blanda con solapas
208 páginas

Portada del libro: Cartel de la película dirigida por Stephen Daldry y distribuida por On Pictures

Argumento: Michael Berg rememora en esta novela parte de su vida. A los quince años un día, volviendo a casa del colegio empezó a encontrarse mal y una mujer acudió en su ayuda; le diagnosticaron hepatitis. Cuando mejoró de su enfermedad, le llevó unas flores en agradecimiento, y desde ese momento se enamoró de Hanna, que así se llamaba la mujer, a pesar de la diferencia de edad (Hanna tenía treinta y seis años). Surgió entre ellos una relación especial, erótica, el despertar de Michael al almor, alejándose de su familia y de su niñez.
Hanna trabajaba como revisora en el tranvía, Michael estudiaba sexto de bachillerato. Las visitas se hicieron frecuentes y Hanna se interesaba por lo que Michael aprendía en el colegio; quería saber cómo sonaban el latín y el griego y Michael le leyó fragmentos de la Odisea y de las Catilinarias. A partir de este momento el ritual entre ellos cambió y Hanna ya no quería solo mantener relaciones sexuales, quería oír a Michael leer en voz alta. Lectura, ducha, amor y descanso sería el nuevo ritual de los encuentros. La vida de un vagabundo aventurero, de Joseph von Eichendorff, Guerra y paz, de Tolstói o la Odisea, de Homero, son algunos de los libros que Michael leyó a Hanna, hasta que ésta un día desapareció.


El libro está estructurado es tres partes narradas por el personaje principal, Michael Berg. En la primera parte se nos hace partícipes del idilio amoroso que surge entre los protagonistas, acompañado de lecturas de libros clásicos. Michael es un joven que va a despertar al amor y Hanna una mujer reservada que lleva las riendas de la relación, hasta el momento de su inesperada desaparición.

En la segunda parte Michael aparece como un estudiante de Derecho. Aunque no consiguió olvidar a Hanna su recuerdo ya no le acompaña a todas partes. El chico ingenuo y considerado que era pasó a adoptar una actitud fanfarrona, mostrándose como alguien que no se dejaba conmover ni confundir por nada. No quería volver a sufrir por amor. Como estudiante de Derecho forma parte del llamado "Seminario de Auschwitz" dentro de unas prácticas de la facultad, y junto con unos compañeros acude al juicio contra cinco mujeres acusadas de crímenes de guerra nazis, responsables de varias muertes en el campo de concentración del que eran guardianas. Una de las acusadas era Hanna. ¿Cómo era posible que alguien a quien Michael había amado fuera responsable de crímenes tan horribles?

No llegas a sentir una empatía total hacia los personajes, o al menos es lo que a mí me ha pasado. Si Hanna parecía una mujer fuerte aunque reservada en la primera parte de la historia, durante el juicio aparece apocada, dispuesta a cargar con todas las culpas; el propio Michael, sabedor de un problema que afecta a Hanna no la ayuda durante el juicio, por propio egoísmo, por no sufrir. Se debate entre los buenos momentos que pasó con ella y el horror que le produce el creerla culpable de las atrocidades por las que está siendo juzgada.

En la tercera parte asistimos a la reanudación, aunque de manera distante, de la relación entre los protagonistas. Es el personaje de Michael el que envía cintas grabadas con sus lecturas a Hanna (Keller, Fontane, Heine y Mòrike). Hanna era para él algo cercano y a la vez distante; su actitud hacia ella, cómoda y egoísta, traerá consecuencias.


El lector no es para nada un libro de acción. Está narrado en primera persona por el protagonista masculino, que ya mayor rememora momentos de su adolescencia vividos junto a una mujer, mucho mayor que él, y que guardaba un oscuro pasado. No es una historia erótica y poco más. Sirve para rememorar un pasado, el de la sociedad alemana, durante los años de la posguerra. Plantea dudas sobre cómo fue posible que algo tan cruel como los campos de concentración fuera permitido, ante las miradas esquivas de una generación ya perdida, la representada por los padres del protagonista cuando éste es aún joven. Por toda la novela notamos algo así como un sentimiento de culpa: de Michael hacia Hanna por no ayudarla durante el juicio, desvelando su secreto, de Hanna hacia Michael, creyendo que condicionaba su vida, y de la propia sociedad alemana, cuyos jóvenes cargan con las culpas por la no actuación de sus padres... Culpa y compasión son ingredientes de esta novela. Es un libro corto, escrito en tres actos, y pese a no tener apenas diálogo, se lee bien. Lo importante es que te deja pensando, y hay que reconocer su mérito en este aspecto.

En estos días he tenido oportunidad de disfrutar la versión cinematográfica que se hizo del libro, y debo reconocer que es una buena adaptación, salvo por algunos pequeños matices (por ejemplo, cuando el protagonista durante el juicio casi desvela el secreto de Hanna, en el libro pide consejo a su padre; en la película, a su profesor). La película, dirigida por Stephen Daldry en 2008, tiene como protagonistas principales a Kate Winslet (Hanna), David Kross (Michael joven) y Ralph Fiennes (Michael adulto). Ya he comentado que es una buena adaptación, pero si no habéis leído el libro ni visto la película, como era mi caso, leed primero, y lo disfrutaréis más.

Libro y película son algo lentos, no tienen casi acción, pero reflejan muy bien un período concreto de la historia de Europa y una sociedad que se vio obligada a vivir ese momento, y las consecuencias que trajo para las sociedades futuras.



Sobre el autor

Bernhard Schlink nace en Bielefeld (Alemania) en 1944. Ha sido juez del Tribunal Constitucional del lander de Renania del Norte-Westfalia y profesor de Historia del Derecho en la Universidad Humboldt de Berlín.
Como escritor es autor de tres novelas policíacas acogidas con gran éxito de público y galardonadas con diversos premios: La justicia de Selb, escrita en colaboración con Walter Popp, y ya en solitario, El engaño de Selb El fin de Selb. Después publicó El lector, que fue saludada como un gran acontecimiento literario, tanto en Alemania como en sus treinta traducciones, que fue galardonado, entre otros, con el Premio Hans Fallada y el Welt de literatura, el premio italiano Grinzane Cavour y el francés Laure Bataillon, y el Premio Ehrengabe de la Düsseldorf Heinrich Heine Society. A esta obra le siguieron Amores en fugaEl regresoEl fin de semana, y Mentiras de verano (2012), las tres últimas publicadas también por la editorial Anagrama.

4 comentarios:

  1. NO creo que lo lea, la peli no me gustó mucho y no apetece conocer el libro.

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    1. Se lee bien, albanta. Yo he aprovechado el mes temático para leer el libro y ver la peli. Tenía reticencias hacia el libro, porque cuando lo conocí pensaba que se centraba mucho en el aspecto erótico, y realmente no ha sido así. Ha sido curioso encontrarlo, y la peli no me ha decepcionado justo después de la lectura del libro. Le sigue en su línea.
      Gracias por comentar.

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  2. Vi la película, y como siempre hago cuando veo una película antes que el libro, dejo que este se "enfríe" durante un tiempo antes de leerlo. La película no es de diez, pero está bastante bien. Más o menos sé que puedo esperar del libro, sé que no va a tener un ritmo trepidante, pero como tú comentas, se leerá bien.

    Gracias y un saludo!

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    1. Yo también suelo dejar un tiempo entre peli y libro, pero procuro seguir el orden inverso, y este caso lo he conseguido. El libro tampoco tiene un ritmo trepidante, pero como siempre se le saca más partido que a la película, sobre todo en la forma de pensar de los personajes. De todas formas, la peli es una buena adaptación. Si tienes posibilidad, lee el libro.
      ¡Gracias por comentar, Ana!

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